

El primer saqueo se dio con el exgobernador Mariano Piña Olaya; sujeto burdo, mañoso, cínico, “balín” y ambicioso.
Aprovechando que la ciudad de Puebla fue reconocida por la UNESCO como “Ciudad Patrimonio de Humanidad” se dio a la tarea de “remodelar” el Centro Histórico para consumir y justificar el generoso y envidiable presupuesto asignado a nuestra ciudad.
Pero el saqueo a que nos referimos no consistió en que Olaya le hubiese dado sabroso mordisco al presupuesto de la UNESCO (caso harto factible pero difícil de detectar); sino a la misteriosa desaparición de miles de antiguas lajas que fueran complemento preciso para que Puebla se distinguiera mundialmente como uno de los “patrimonios de la humanidad”; Por cierto, calificativo hoy tan común que dificulta su pleno discernimiento y significado.
Y aun cuando flota la duda en el sentido de que el causante en este caso sería el presidente municipal de esa administración olayista, y no éste, quien hubo conocido a Piña Olaya sabe que le subyugaba el juego del “yo yo”; es decir: primero yo, luego yo… y después, yo”.
¿A donde fueron a parar las valiosas lajas de las banquetas que durante cientos de años soportaron estoicamente el cotidiano e indolente pisoteo de millones de gentes?.
Enterado del desdén lógico y del desconocimiento del valor histórico, artesanal y cultural que dan relevancia al valor comercial de las lajas hechas con “ piedra de Santo Tomás” el exgobernador hizo un acto de magia…Y desapareció las miles de lajas substituyéndolas por lajas de molde de cemento que hoy son hoyancos y “cacarizas” banquetas por las que indolentemente pasamos los poblanos.
¿Y a qué viene esta incómoda e inútil remembranza?
Pues a que nuevamente con el pretexto de “remodelar” el Centro Histórico de la ciudad de Puebla y “justificar” la lana que la UNESCO destinó a nuestra ciudad, las valiosas lajas de Piedra de Santo Tomás que sobrevivieron al primer saqueo, han sido arrancadas de las banquetas…y han desaparecido.
Sí, nadie sabe a donde fueron a parar…
¿Será que Piña Olaya al ver el importamadrismo de los poblanos regresó por otros cientos de lajas para sus propiedades?
No, lo que sucede es que nuestra primera presidenta municipal, Blanca Alcalá, es la protagonista del escamoteo de este segundo, digamos…acarreo de miles de lajas que simplemente…desaparecieron. Y ya
¿Y ya qué?!
Pues que ya están suplidas con moldes de cemento que le dan cierta apariencia de lajas, pero que al igual que las de Piña Olaya al poco tiempo estarán cacarizas y con tremendos hoyos, puesto que tanto el cemento como la arena que se utiliza para estos moldes son de ínfima calidad. Los conocedores en materia de construcción coinciden en que la arena ya no es arena, sino vil tierra.
Pero eso lo atestiguaremos con el tiempo y un simple “vistazo”; lo que ya no podremos atestiguar es a donde canijos fueron a parar las miles de valiosísimas lajas de piedra de Santo Tomás que, volvemos a repetir, fueron complemento ESENCIAL para que Puebla fuera reconocida como “Ciudad Patrimonio de la Humanidad”.
Inclementemente saqueada, sí, pero… ¿Quién nos quita ese orgullote de ser Patrimonio de la Humanidad”?