
Efectivamente en la actualidad los menores de edad suelen ser mucho más audaces que las generaciones anteriores porque no existía el adelante tecnológico de ahora, ni tampoco se tenía la libertad que ahora se les concede.
Actualmente nuestros hijos son capaces de accesar a una página prohibida "en nuestras narices" sin que podamos advertirlo, y más aún, ocultarla a nuestra "meticulosa" inspección.
LO QUE DEBEN SABER LOS PADRES
Antes se creía que era suficiente con colocar la computadora, o el ordenador, en un lugar visible en el hogar para garantizar la seguridad de quien navegara por internet. Así se pensaba que era menos probable que los pequeños se sintieran tentados a desviarse hacia el lado obscuro o del ciberespacio. Y aunque tal concepto es aún válido, pues el sentido común dicta que el niño no debería conectarse a internet en la intimidad de su habitación, no es la única medida protectora que puede tomarse. Hoy día, las conexiones inalámbricas permiten a los jóvenes estar en línea desde cualquier lugar, incluso mediante su teléfono. Además, estan los cibercafés, los quioscos de internet, las bibliotecas y el viejo truco de la casa de un amigo.
Con tantas opciones, se comprende que los jóvenes puedan burlar cotidianamente el "radar" paterno.
Bajo el subyugante atractivo que ofrece el internet se encuentran agazapadas en la red cibernética a todo tipo de individuos sin escrúpulos. Tanto es así que cualquier menor de edad que navegue en ella se le "aparezca"n portales o p´ginas electrónicas con contenido pornográfico o sexual explícito. o una diversidad de páginas con otros contenidos altamente perjudiciales como los que promueven abierta o encubiertamente la anorexia, la bulimia, la pederastia y la violencia extrema y sangrientas, por decir algunos ejemplos.
El resultado de las encuestas son más que preocupantes: México se ha empatado con los EE UU con el 90 por ciento de los jóvenes de entre 8 y 16 años que han admitido haberse "topado" con pornografía y sexo explícito, la mayoría de las veces haciendo la tarea escolar. Lo que por temor o inquietud los anima a ocultarlo a los padres.
La pregunta: ¿Usted padre de familia esta evitando realmente que su hijo accese a este tipo de páginas? ¿Es con castigos severos la solución para evitarlo? ¿prescindir en su hogar de este prodigio tecnológico como lo es el internet sería la solución?
YA NADA ES IGUAL
Pues más que fungir como un "celador" y "sensor" inseparable cuando su hijo está en el internet una de las medidas más aconsejables sería que hablara serenamente con él y hacerle ver o convencerle de que al accesar a esas páginas estaría renunciando para siempre con el tesoro más sublime del ser humano que es la inocencia propia de la niñéz.
De veraz que bien vale la pena el intento...